Érase
una vez un inventor. Inventó un súper car de fórmula 1,
que le iba a hacer rico.
Empezó
a inventar con: tablas, cables, vigas, cristales…Lo montó.
Le
salió bien, lo probó, pero se destrozó.
Lo
armó otra vez y no se le destrozó.
Lo
entrego y le dieron 1.000.000€, donó al hospital parte de él.
Con el resto hizo una casa con JACUZZI, y siguió inventando.
MIGUEL PRENDES
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